"Yo creía que éramos una empresa diversa... hasta que miramos los datos."
Quien lo dice es una alta directiva de una organización internacional. Siempre pensó que su empresa era un espacio abierto y plural, pero la realidad era más compleja. La diversidad no basta. Sin estructuras inclusivas, las diferencias se invisibilizan. Aquí empieza su transformación…
3/7/20252 min leer


"Yo creía que éramos una empresa diversa... hasta que miramos los datos." Esa fue la frase, directa y honesta, que marcó el inicio de una transformación en profundidad.
Quien la pronunció fue una alta directiva de una organización internacional con presencia en más de veinte países. Durante años, habían trabajado en crear equipos multiculturales, se habían firmado manifiestos en favor de la equidad y se habían organizado eventos conmemorativos en torno a la diversidad. Desde fuera, la organización parecía un ejemplo. Desde dentro, algo fallaba.
El punto de inflexión llegó cuando decidieron someterse a una auditoría interna en colaboración con OneWave. El objetivo era evaluar en profundidad si las prácticas de inclusión realmente estaban generando un impacto positivo. El resultado fue desconcertante: las personas racializadas participaban menos en los espacios de decisión. El porcentaje de mujeres en cargos intermedios era alto, pero decrecía a medida que se subía en el organigrama. Las personas con discapacidad reconocían barreras invisibles que limitaban su participación efectiva. Y las encuestas internas mostraban que muchos empleados sentían que debían "adaptarse" para encajar, en lugar de sentirse valorados tal como eran.
Ahí fue cuando se hizo evidente una verdad incómoda: la diversidad por sí sola no garantiza la inclusión. Tener perfiles diversos no significa que todas las voces sean escuchadas ni que todas las trayectorias puedan prosperar.
Con OneWave, la organización inició un proceso de transformación estructural. Se revisaron los procesos de selección y promoción, se incorporaron programas de mentoría inclusiva y se crearon espacios seguros para compartir experiencias y propuestas de mejora. Se formó a los comités directivos en sesgos inconscientes, y se integró un sistema de indicadores que permite medir el avance real de cada acción.
Meses después, aquella directiva compartió otra frase, muy distinta: "Ahora sé que ser una empresa diversa es un punto de partida, no de llegada. La inclusión se construye cada día, con decisiones valientes y con voluntad de revisar lo que dábamos por hecho."
Esta historia nos recuerda que la diversidad no basta si no va acompañada de estructuras que la sostengan y la hagan florecer. En OneWave ayudamos a organizaciones que están dispuestas a mirar más allá del escaparate y construir culturas verdaderamente inclusivas, desde dentro.