La experiencia no caduca: solo necesita una oportunidad
Durante meses, ella sintió que su edad era un muro invisible. A sus 57 años, cada candidatura terminaba en silencio o evasivas. Pero todo cambió cuando una empresa decidió mirar más allá del prejuicio y apostar por su talento. Esta es la historia real de una mujer que, tras muchas puertas cerradas, demostró que la experiencia sigue siendo uno de los activos más valiosos en cualquier equipo.
4/25/20252 min leer


La experiencia no caduca: solo necesita una oportunidad
Durante más de un año, envío su currículum sin recibir respuesta. Algunas entrevistas terminaban en silencio. En otras, se encontró con frases veladas: "Estamos buscando un perfil más dinámico", "Queremos alguien con energía joven", "No encaja del todo con nuestra cultura". Lo que no decían, pero sugerían con cada gesto, era que a sus 57 años, ella ya no era una opción viable.
Había dirigido equipos, gestionado crisis, implementado sistemas de trabajo en tres países distintos. Pero parecía que nada de eso pesaba más que su fecha de nacimiento. "Me sentí invisible", reconoce. "Como si mi experiencia fuera una carga, no un valor".
Finalmente, una empresa pequeña, en proceso de crecimiento, decidió apostar por ella. La necesidad de alguien con experiencia pesó más que los prejuicios. Desde el primer mes, sus aportaciones empezaron a marcar diferencias: ordenó procesos, optimizó tiempos, identificó puntos ciegos que el entusiasmo de la juventud había pasado por alto.
Pero lo más transformador fue otra cosa: su manera de acompañar. Se convirtió en una figura de referencia para el equipo más joven, no por jerarquía, sino por actitud. Escuchaba sin juzgar, compartía sin imponer. Su presencia aportaba calma, madurez, perspectiva.
"Nunca había trabajado con alguien mayor que pudiera enseñarme sin competir", dice una de sus compañeras. "Ahora me doy cuenta de lo necesario que es tener generaciones distintas en un mismo equipo".
En OneWave defendemos justamente eso: que la edad no sea un límite, sino un valor. Que las empresas entiendan que la diversidad generacional no solo enriquece el trabajo: mejora los resultados, fortalece los equipos y humaniza el liderazgo.
Impulsamos estrategias para eliminar los sesgos por edad, promover contrataciones intergeneracionales y visibilizar el valor de la experiencia. Porque una empresa que no sabe aprovechar el conocimiento de quienes ya han vivido es una empresa que está desaprovechando su mayor recurso: el humano.
Y porque cada historia como esta nos recuerda que nunca es tarde cuando alguien decide mirar más allá de la edad y ver el talento.